miércoles, 26 de agosto de 2009

La casa


Un día se perdió en la ciudad. Al llegar a una esquina vio el portón abierto de una casa abandonada. Observó que la pintura de los muros caía como piel de leproso. Recorrió los pasillos hasta dar con un baño. Abrió la canilla sin éxito. Se sentó abrazando sus piernas. Lloró. La luz del día se fue apagando. Subió los quince escalones que conducían al segundo piso. Casi temblando entró en su habitación.
A.

2 comentarios:

  1. Lo más extraño es lo más cercano. Buen texto para una idea bien servida.
    P.

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