La casa no entiende lo que pasa. De pronto la pecera actúa como prisma y la luz se descompone. Es un instante apenas. Un pie de luz delgada. La casa que fue templo. La que fue tumba. La puta casa donde esperé el milagro. Y la que ahora no entiende lo que pasa.
L.
Luis, no creo que vuelvas a encontrar esa chispa, tampoco creo que vuelva la sencilla imagen de luz que perfumaba la casa. Sin embargo, hay muchas estrellas con vocales en el aire, habrá que saber encontrar la luz indicada para la tumba del pasado, Ana.
ResponderEliminarSin darte cuenta escribiste un poema de amor...
ResponderEliminarMe da envidia.
V.
Cuantas luces opacas vienen y van con este texto.
ResponderEliminarA.