jueves, 3 de septiembre de 2009

Testigo


El recuerdo es testigo. Lo pensó Lidia en esa tarde opaca y extendió una lona para tomar sol desnuda por primera vez. Se fue quitando la ropa lentamente. El viento la envolvió en un abrazo invisible. Se tendió boca abajo y esperó. El sol goteaba fuego. Al rato se durmió y soñó con un puente de madera que se partía en dos, tres, cuatro. Entre los médanos se oyó un disparo. La mujer del sueño gritó fuerte y Lidia despertó agitada. No había nadie. Apenas un desierto de arena gris y el agua quieta en líneas de espuma. Lidia se dio vuelta mostrando sus pechos a un cielo que empezó a nublarse. El cuerpo brillaba como si doliera. Una mujer desnuda es el recuerdo de alguien que ahora espera la muerte en un hospital de provincias. Ninguna Lidia. Ninguna playa. Ningún puente. Sólo un poco de arena y puntos negros en los ojos tan abiertos. El recuerdo es testigo.

L.

1 comentario:

  1. Tengo tres, cuatro, cinco días buscando identificar la sensación que me ha causado Testigo y no logro dar con ella. He regresado a leerlo varias veces, me descubro escudriñándolo y sacándole la vuelta a la foto. La veo de reojo, me parece dura...Pero regreso. "Una mujer desnuda es el recuerdo de alguien que ahora espera la muerte en un hospital de provincias". Me angustia. Me encuentro morbosa. Con el texto se sufre. ¿Tiene la soga algo que ver? ¿Por qué aprieta la soga? Todos estos días -desde que apareció- tuve la corazonada de que no debía comentar el post, defendí ante mi misma que el hecho de que no tuviera comentarios era el comentario propiamente. Una especie de post puro. Pero no me aguanté las ganas .Regresé, me senté a esperar y se me ocurrió que un remedio para sacarme este texto de encima, podría ser decir algo que ya he dicho.
    Si faltara algo que agregar: no puede ser más que me ha encantado . A pesar y por fortuna de la extraña sensación. Que a decir verdad (una más) prefiero no descifrar. Hoy no.

    Florisse Vazquez, desde Tijuana, México.

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