lunes, 7 de septiembre de 2009

Cuando se ha ido demasiado lejos


Se metió entre los pastos que acababan de brotar. La cabeza no paraba. Podía ver a través de las hojas las marcas dejadas por el tractor. Oía a mi cuerpo que quería irse y tenderse. Pero mi cabeza no le hacía caso. Vi que aquí, al aire libre, era mucho más fácil saber la hora. El sol se estaba yendo. Seguí pensando que alguien me llamaba. Oía su voz y volví a mirar. No había nadie. Me pregunté hasta dónde ir. Exactamente la misma pregunta que me hice antes, cuando nadaba en el océano. ¿A partir de qué lugar empieza a ser peligroso seguir alejándose? Y comprendí que uno se lo pregunta cuando ya empieza a sentir que ha ido demasiado lejos.

2 comentarios:

  1. Al leer este hermoso texto de Shepard recordé una vez que entré al mar para desenganchar una línea de pesca. De pronto vi que la orilla estaba demasiado lejos. Intenté nadar pero la corriente me empujaba hacia adentro. Después de un rato largo y con mucho esfuerzo pude regresar. Pero antes tuve esa sensación rara de haber llegado demasiado lejos, como dice el autor.
    Fernando

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  2. Definitivamente cuándo me pregunto si no habré ido demasiado lejos es por que ya ni si quiera sé cómo volver atrás, en cualquier sentido, no solo pensándolo como un desplazamiento geográfico; el peligro en punto se vuelve imperceptible y solo me doy cuenta, cuándo y ya estoy en el horno.
    E

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