miércoles, 2 de septiembre de 2009

De un amor queda algo


Cuando Lara me dejó pensé en matarme. Lo pensé verdaderamente. Me imaginé cayendo desde un edificio alto como las Torres Gemelas. O tomando cien pastillas de valium disueltas en vino blanco. Mi psicóloga de entonces jamás sugirió que no lo hiciera. Tampoco habló de responsabilidades familiares o laborales. No dijo que la vida es hermosa. Recordó apenas que Lara no se había llevado todo. Algo central había quedado de este lado. Lara es Lara y no es Lara, deslizó también con voz casi inaudible. Me dijo que debía tener paciencia, apretar los dientes y hallar la salvación en el trabajo creativo. El movimiento engendra movimiento, resumió al despedirse. Cuando un amor se va deja algo. Una huella en la arena. Un hueco listo en el cielo para ser tomado por otra gaviota. Alguien llega del océano. Y es perfecto el lugar que elige para descansar.

L.

La foto fue tomada en la isla Martín García.

5 comentarios:

  1. Cuando alguien se va -creo entender- invita a uno nuevo/a. El amor deja entonces un lugar libre. Una vacante. No está mal, no?
    Ribaldo

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  2. todos necesitamos un hueco, un vacio para movernos, y asi darle movimiento a nuestra vida. no creo que el hueco que alguien deja pueda ser reemplazado por otra. cada persona nos brinda algo distinto.

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  3. Me gusto Mucho!
    Es muy cierto cuando un amor se va deja mucho dolor que con el tiempo se cura.

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  4. se está poniendo bueno este blog

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  5. siempre hay gaviotas esperando su lugar? o algunas nunca encuentran el nido?

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