viernes, 25 de septiembre de 2009

La partida


Todo empezó cuando lo sorprendí leyendo Cat/12, un diario oficialista pero de ideas avanzadas que circula por los techos. Fue ahí donde Grusswillis se enteró que la siamesa –gata bella y traicionera- había viajado a Mar de las Pampas acompañada por un persa marrón dedicado al tráfico ilegal de track urinary (pasta básica). En pocas horas mi gato cargó en la mochila una bolsa llena de alimento balanceado y un libro al que recurre en los momentos críticos: Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Por si fuera poco llevó dos compactos de Maná y siete de Silvio Rodríguez. Tenía la intención de llorar con algún nivel de trascendencia. Le sugerí que no se expusiera, le recordé que ella lo había abandonado y que poesía y vida raramente coinciden. Le dije por fin que el amor -si es amor- no tiene futuro. Él, para variar, no escuchó. Había llegado la hora de actuar. El paso siguiente fue meterse en una valija que el encargado de equipajes de Micromar arrojó con violencia al buche de un ómnibus destartalado. Hoy llegaron noticias de Mar de las Pampas. La pareja adúltera se instaló en Las piedritas, una playa reservada para gatos de alto pelaje. Grusswillis se la pasa observando a la siamesa y su amante burgués con binoculares de teatro. Un día los vio acostados bajo el sol en una reposera, tomando leche con pajita y mirando el mar sin dejar de atender el celugat. Mi pobre gato se defiende de la resolana con las páginas culturales de Cat/12. A veces cubre su cabeza, también, con una boina del Che que compró en el paseo de los artesanos. Dice que la boina heroica simboliza un rechazo a la violencia del sistema. Semejante estupidez agotó mi paciencia. Recién le escribí un sms para advertirle que el desamor, si es desamor, no tiene ideología.
L.
La imagen de Grusswillis forma parte de la serie Gatografías, una historia fotográfica realizada en blanco y negro por Andrea Rocha.

14 comentarios:

  1. Está buenísimo el post, Luis. Muy bueno. Me hiciste reir.Te transformaste. Hiciste como hacemos en México -malamente cada vez menos-, eso de reirnos de las chingaderas que nos pasan.
    Florisse, desde Tijuana.

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  2. Se ve que Grusswillis es gato de acción, me gusta que se juegue por lo que cree y no solamente llore sino que busque trascender tal vez este desamor le de la pista para detectar el próximo amor.

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  3. Excelente relato, Luis. Parece que te copaste con las historias de Grusswillis.
    Pame

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  4. El gato castrado físicamente, pero no emocionalmente, nos deleita una vez más con sus aventuras. Espero que esta saga no se termine, por que al final del día todos nos damos cuenta que tenemos un poquito de grusswillis dentro.

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  5. ¡Buenísimo!
    Marcelo Miceli

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  6. "poesía y vida raramente coinciden", muy cierto.
    ¡Grusswillis dejala ir!
    Jop

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  7. Coincido con un anónimo que dijo que nos parecíamos un poco a grusswillis, y es cierto.
    Un texto muy elocuente, ojalá Grusswillis tenga suerte.

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  8. Muy bueno, Luis. Y además, muy gracioso.

    F. Vico.

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  9. Excelente!!!
    Me quedo con esto: "El amor, si es amor, no tiene futuro. Y el desamor, si es desamor, no tiene ideología." Es muy cierto. Sobre todo el segundo sintagma. Del primero tengo la esperanza de que no lo sea. Pero es sólo una esperanza, y eso es tan relativo como el mismo amor.

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  10. que bueno haber vuelto para poder felicitar por este texto! grusswillis es un heroe de la modernidad

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  11. Probablemente sea necesario lanzar al mundo a Grusswillis. ¿Por qué no imprimir su figura en camisetas? Me gusta su historia y sobre todo su filosofía: eso ayuda a quererlo.
    F.V.

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  12. Grusswillis es masoquista!?, que vuelva y se vaya a buscar una gata botinera que en estas épocas sobran.
    Buenísimo Luis, me hiciste reír muchos con tus típicas ocurrencias!
    Noe B.

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  13. O sea que Grusswillis se pasó al gobierno K (por eso lee un diario oficialista). Muy gracioso el relato.
    Bet

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  14. Luis,
    ¡amo a tu gato!
    Jazmín de Tea

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