martes, 15 de septiembre de 2009

La araña


Es una araña enorme que ya no anda. Una araña sin color. Su cuerpo –una cabeza y un abdomen- sangra. Hoy la vi de cerca. Vi con qué esfuerzo alargaba sus pies innumerables. Pensé en sus ojos invisibles. En sus pilotos fatales. Ella temblaba en un filo de piedra. El abdomen a un lado y al otro la cabeza. Con tantos pies la pobre y aún no puede resolverse. Y al verla, atónita en tal trance, hoy me ha dado qué pena esa viajera. Es una araña enorme a quien impide el abdomen seguir a la cabeza. Y he pensado en sus ojos y en sus pies numerosos. ¡Y me ha dado qué pena esa viajera!

Adaptación de un poema de César Vallejo.

1 comentario:

  1. Es muy buena esa idea de que el abdomen no permite el funcionamiento de la cabeza. Eso suele pasarle a los materialistas de alma. No sólo a la araña del poema.
    Débora

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