Un millón, dos millones, tres millones de espectadores. El país aplaude a una película que resume la quintaesencia de la argentinidad. El secreto de sus ojos es un film bien hecho, políticamente correcto, narrativamente impecable. Villamil es preciosa (es mi amiga y también por eso lo digo), Darín un genio, Francella -nacional y popular- compone un gran personaje. Hay morbo para todos los gustos. Mujer violada, buen cuerpo y desnuda, un hombre muestra su miembro con detalle y, por si fuera poco, Huracán se ve espectacular. Hay denuncias justas, amor, final feliz, justicia y memoria preservadas. La comunidad no tiene motivos de queja. Pero alguien debe decir (¿no están para eso los blogs?) que la película de Campanella es vulgar, inocua, cursi por donde se la vea. Sus protagonistas repiten la palabra pelotudo unas quinientas veces. Y eso alegra al público sediento de reales realidades. Pelotudo, boludo, culo y éxito asegurado. A los entusiastas les recuerdo que hay alternativas a la vulgaridad sacralizada. Casi todo lo que filmó Leonardo Favio (por decir algo) y pequeñas joyas más recientes como La ciénaga demuestran que podemos ser argentinos y, aún así, dar muestras de inteligencia, eficacia artística y sensibilidad.
L.
L.
Opiné como vos en un diario y recibí una serie de insultos que nunca habría imaginado. Insultos con la impunidad que dan los comments en Internet. Pero... en fin. Gajes del oficio.
ResponderEliminarMe encantan los textos breves del blog al estilo "El globo" e "Incendio". Admito la capacidad para poner la vida entera en pocas líneas.
C.
No estoy de acuerdo con tu opinión. Creo que la película tiene un mensaje valioso. Por ejemplo: cómo usaban a los presos comunes para agarrar a los presos políticos. Muestra claramente por qué la justicia es una porquería y como funciona la burocracia. El mensaje de amistad cuando Francella da la vida por Darín, cuando da vuelta los portarretratos y dice que él es Espósito y lo matan. El mensaje de que no hay que dejar pasar la vida (por la historia de amor de ella y él) y no sé si me olvido alguno más. Tampoco me parece vulgar. Hace mucho que nadie combinaba tan bien los ingredientes. Otra cosa que me parece es que la película no dejó escapar ningún detalle. Cada acto tenía un sentido después. Ninguno era inocente.
ResponderEliminarB.
Hola Luis! A mi particularmente la película me encantó. Coincido con B. en que tiene algunos mensajes interesantes pero creo que le faltó uno que habla de nosotros como sociedad, no como argentinos... y es la mirada sobre la cárcel. Creo que nadie se sintió feliz al ver al violador metido en una jaula y en otra jaula ("decile que me hable, por favor") y por lo menos a mí, me hizo pensar sobre qué buscamos y qué logramos encerrando a las personas, aunque no hayamos encontrado otra solución menos peor,,,
ResponderEliminarMaría
Luis, pienso que lamentablemente, todos decimos y repetimos veintemil veces por día, pelotudo, boludo y culo. Es triste, pero ya es parte de ser argentino me parece.
ResponderEliminarD!
Es cierto que las mentadas "malas palabras" son parte de nuestro cotidiano decir. El problema aquí es que el "boludo" se limita a eso: a cómo se reitera y se pronuncia de mil maneras, sin detenerse a elaborar una situación verdaderamente graciosa o irónica. Todo se nota demasiado "escrito", poco natural. Todo se sobreexplica.
ResponderEliminarAbrazos.
El problema no está en las malas palabras. Bien usadas son perfectas. Hoy de paso una alumna de un taller advritió que ese lenguaje no era el registro habitual de los años setenta y menos aún los sesenta, antes de eso. No había pensado en la cuestión. O sea que...
ResponderEliminarL.
A mi, también me pareció que la forma de hablar no tenía tanto que ver con las épocas que querían mostrar, aunque sí el vestuario; y esa especie de catarsis auto referencial de cierto cine nacional, me aburre. Demasiado explícito y lineal. Definitivamente prefiero la poética de "Crónica de un niño solo"
ResponderEliminarLos actores, en cambio, me encantan. Francella, viene sorprendiendo (no sé si lo vieron en Rudo y Cursi).Todos están siempre muy bien.
El "boludo" como latiguillo, en un película es la pauta del empobrecimiento de los guiones. Reflejar esos términos como signo representativo de un sociedad es ridículo!
Por suerte, yo no escribo en ningun medio sobre cine, no me sentiría libre de decir lo que pienso,
saluti
e
A mi me gustó. Y no veo que sea un problema que sus protagonistas digan 500 veces la palabra pelotudo (¿acaso Tarantino, Scorsese o Brian De Palma no utilizan también ese recurso? El mismo Favio también lo hace).
ResponderEliminarDecís que está bien filmada y que narrativamente es impecable. ¡Qué más! Todos los años se hacen 100 bodrios argentinos con veleidades de cine de autor, en los que no pasa absolutamente nada... Por lo tanto, encontrar una película que cuente una historia es casi un milagro.
No sé cuál es la clave de tanto éxito (que me parece que es lo que más te molesta). Supongo que tiene que ver con la necesidad del público de encontrar una película argentina de qué hablar (por eso Darín y Francella). Hace unos años Nueve Reinas había causado el mismo quilombo.
Como sea, prefiero que triunfen ese tipo de películas antes que Los bañeros más locos del mundo. O que cinco críticos se junten a hablar bien de una en la que se ve dos horas a un hachero trabajando...y no pasa absolutamente nada...
Abrazo.
Vico.
Esa misma noche, Fer, después de ver la peli de Campanella, me sentí tan sucio que resolví alquilar películas de esas que me gustan para limpiarme. Alquilé entonces "La esclava del amor" (Mijlakov), "Aguirre o la ira de Dios" (Herzog) y "Flores de fuego" (Kitano). Viéndolas comprendí la diferencia entre arte e "historia bien contada". El artista no cuenta historias. No cuenta nada en realidad. Para eso están los periodistas, las viejas del barrio y Landriscina. Pero entiendo tu posición. Es cierto que prefiero esto, o "El aura" (con todas sus fallas y tonterías) a las películas de culos, tetas y bañeros.
ResponderEliminarL.
A mí no me gustó la película, su guión es muy simplista. Además me aburre Darín siempre con el mismo personaje. Salí del cine enojada. Pero no puedo negar que a todos mis conocidos les encanto. Me miran raro por manifestar mi disconformidad. ¿Qué curioso no?
ResponderEliminarCar