martes, 1 de septiembre de 2009

Salida al mar


Son las siete de la tarde en todos los relojes. La multitud se comprime, se empuja, se obstina. Los cuerpos apretados se humedecen. Con pechos de mujer, brazos, rodillas y genitales en estado puro se arma un lindo collage. En el metro pasa algo indefinible. Tal vez el encierro, el calor, los efectos de la luz artificial. Lo que está faltando es un subte con salida al mar. En el andén las anatomías se doblan en posturas imposibles. Las puertas se abren a codazos y la multitud nuevamente se comprime, se empuja, se obstina. Gritos, corridas, choque de platillos y caras de subte. Algunos querrían decir basta. Pero el ritual es voraz e inevitable. Lo que está faltando es un subte con salida al mar.
Y un sueño de madera balsa.
L.

3 comentarios:

  1. Me ahogó la descripción.
    Gran logro transformar ese martirio subterráneo en palabras.

    ResponderEliminar
  2. Explicar el placer de leer-te traicionaría la angustia cierta que provoca tu lectura. En la certeza de subtes siempre subterráneos gracias, entonces, por compartirlo.

    ResponderEliminar
  3. serás el que imagino?subte de humano subterraneo.solo quiero saber tu nombre a orillas del mar
    Maria

    ResponderEliminar