No entiendo el fútbol, el amor, la geografía, el sexo. No entiendo el funcionamiento de los ascensores y no entiendo el cansancio de ciertos caballos a la tarde. No entiendo la música celta y mucho menos la irlandesa. No entiendo a mis alumnos y tampoco entiendo las clases que les doy. Ya no recuerdo la forma de un árbol o el sentido de las funciones algorítimicas. La confusión es total. Y si a veces entiendo algo, al menos una cosa, me doy cuenta de que la vida era y es mucho más difícil y complicada de lo que pensaba.
L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario