Dice Steiner que las relaciones entre pensamiento y amor son inciertas. Tratamos de traducirnos unos a otros pero sin éxito. Aún en momentos de intimidad extrema el amante no alcanza a "poseer" los pensamientos de la persona amada. ¿En qué piensa cada integrante de la pareja durante el acto sexual? Generalmente en seres recordados, fantaseados, anhelados, inventados. No precisamente en el más cercano. Qué raro es eso. La gente más próxima resulta ser la más extraña. Y el amor más intenso acaba siendo una negociación, nunca cerrada, entre dos soledades.
L.
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