jueves, 14 de julio de 2011
Sin dedicatorias
Si escribo para un lector eventual quien escribe es el lector. Si amo para alegrar a mis padres o a mis amigos los que aman y son felices son mis padres y mis amigos. Si soy fiel para que mi novia no se enoje soy, en definitiva, infiel por omisión. Basta de dedicatorias. Vivir sin para quién y amar sin para qué. Escribir solamente para mí. Después, claro, si el barco lanzado a la deriva llega a un puerto es otra cosa. Y qué bueno si al final termino compartiendo mi amor, mi obra, mi pan, todo mi ser con otras personas. Este blog está perdiendo adherentes, ya casi nadie comenta nada, baja el número de seguidores y visitantes. Señal clara, clarísima y evidente de que vamos por buen camino.
L.
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