lunes, 25 de julio de 2011

Demasiados átomos


Para escapar de los modernos y recontramodernos que me ahogan busco salvación en los antiguos griegos. Los epicúreos, entre ellos, formaron una escuela filosófica que defendía el placer por encima de todo. Para evitar confusiones el propio Epicuro fue claro en un fragmento que nos llega de él. Cuando decimos que el placer es el fin principal de la vida no nos referimos a los placeres de la gente disoluta o a los que residen en el goce como creen quienes ignoran nuestra doctrina. El placer principal para los epicúreos era básicamente no tener hambre ni sed ni frío.  Hay otros deseos, subrayó Epicuro, que "siendo naturales son innecesarios" como por ejemplo el sexual. Este último, aclaró el maestro, es producido por un exceso de átomos. Dicha abundancia podría eliminarse mediante el footing o alguna otra manera de liberar energías. Recuerdo ahora el ideario erótico del taoísmo según el cual el hombre no debería derrochar su esperma, que es su divina esencia, sino ahorrarlo evitando que el coito culmine en eyaculación. ¿Pero qué diablos pretendían de nosotros los hermanos taoístas y epicúreos?
L.

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