Si ya no puedo pensar puedo sentir. ¿Sentir qué? La lluvia por ejemplo. Y si no llueve las cenizas del volcán. Y si no hay cenizas un cuerpo. Y si no hay cuerpo el viento. Y si no hay viento sentir que no siento nada. Que mis sentidos están en blanco. De pronto soy una piedra o menos que eso. O soy viento o lluvia o un mar embravecido. O soy nada más que un cuerpo. Si ya no puedo pensar, etcétera. Y etcétera, también, si ya no puedo sentir.
L.
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