jueves, 14 de julio de 2011

La revolución silenciosa


En estos días, no sé por qué, recordé una cosa llamada revolución peruana. Fue algo ocurrido en los años setenta y su protagonista excluyente fue un militar llamado Velazco Alvarado. El hombre, acompañado de un sector minoritario de la población, impulsó una reforma agraria en el país de los gamonales, nacionalizó la minería, alentó las colectividades agrícolas, etcétera. Pero estaba solo y en unos pocos años todo se vino abajo. Y en estos días, no sé por qué, recordé dos grandes fracasos de Ernesto Guevara. Casi en soledad trató de favorecer una revolución en el Congo, primero, y luego en Bolivia donde murió asesinado por orden de la CIA en una escuelita de La Higuera. Todo parece indicar que ninguna revolución puede llegar a buen puerto si no cuenta con el consenso de la mayoría de la población. Y aún así corre peligro de ser devorada por sus propios impulsores. Revolución silenciosa. Revolución que fracasa. Habrá que pensar en nuevos caminos para cambiar la vida y el mundo.
L.

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