Lo peor que podría pasarle a este blog es presentarse como vocero de alguna revelación trascendente. A veces pasa y es lo peor. Algunos posteos tienen un tono peligrosamente cercano a la autoayuda. Un estilo impostado y dogmático que parece provenir de alguien que se cree dueño (pobre de él) de verdades últimas. Sobre todo cuando aparece el verbo debería, así, en potencial, casi una orden, como si acá supiera alguien qué cosa es lo que todos deberíamos hacer para ser felices o estar mejor o quién sabe qué. Estaremos más alertas. Y si no nos damos cuenta de haber caído tan bajo, están los lectores amigos y atentos para arrojarnos de vez en cuando el balde de agua fría que andábamos necesitando.
L.
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