martes, 6 de septiembre de 2011

Miedo a nombrar


Es lo más habitual cuando corrijo textos en mis talleres de escritura o periodismo. Mis alumnos tienen miedo a nombrar. Dan infinitos rodeos, usan diez o veinte palabras para decir algo que podría expresarse con una sola. Pretenden ser poéticos, usan metáforas rebuscadas, etcétera. ¿Por qué tanto miedo a decir cosas comunes como silla, mesa, ducha, cuerpo, lluvia, iglesia, carro, luna o pez? ¿Qué hay de malo, o de poco literario y profundo, en llevar a los textos lo común, lo vulgar, lo de todos los días? Tengo una teoría barata pero teoría al fin. El miedo a nombrar es el miedo a vivir.
L.

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