El filósofo estadounidense William James dijo que un cangrejo se sentiría ultrajado si supiese que lo llamamos crustáceo o incluso cangrejo. Yo no soy tal cosa, diría. Yo soy yo y nada más que yo. No soy lo que ustedes piensan. Ni siquiera tengo nombre. De esa manera tan simple nos enseñaría el valor de la singularidad sobre la generalidad. Y una cosa más. Que clasificar no es entender.
L.
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