Demasiado amor agobia, una clase muy larga aburre, un libro lleno de palabras y delgado en sustancia no interesa, una sesión de terapia que supere los cincuenta minutos resulta ineficaz. En resumen. Menos es más. A veces un barco basta. O un bote. O un botecito. Con muy poco podemos ser felices. O casi. Algunos creen que no y se llenan de ideas, de casos y cosas. Si tienen plata se la pasan comprando artefactos por Internet o en el shopping que, a la larga, se muestran inútiles y aún nocivos. Y si este posteo se dilata, como ya está ocurriendo, pasará lo mismo. Doble conclusión final entonces. Más es menos y menos es más.
L.
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