Nadie podría acusar al poeta portugués Fernando Pessoa (1888-1935) de haber sido un obsesivo sexual o algo parecido. A lo largo de su vida tuvo una única novia, Ofelia Queirós, un vínculo extenso y singular que se tradujo en pocos encuentros reales. Se contabilizan no más de dos besos en ocho meses. En sus escritos las referencias al tema son complejas y enigmáticas. Con espíritu didáctico Pessoa redacta, bajo la firma de Bernardo Soares, curiosos consejos para las mujeres mal casadas. A ellas les sugiere traicionar a sus maridos con la mente. La práctica consiste en imaginarse gozando con un hombre A cuando se está copulando con un hombre B. Más allá de estas "indicaciones" el poeta se muestra escéptico al hablar de amor. Cada uno de nosotros es dos -razona-. Y cuando dos personas se encuentran es raro que las cuatro puedan estar de acuerdo.
L.
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