domingo, 29 de junio de 2014

Socialismo o barbarie

Los gobiernos y empresarios más poderosos del mundo han contemplado con indiferencia las lluvias de pájaros agónicos, el colapso de los insectos, el apocalipsis de las mariposas, la dramática reducción de las abejas. Y eso para no hablar del exterminio masivo de hombres, mujeres, ancianos y niños. Y sólo ahora parecen tomar conciencia de que esas abejas hacen falta, que el cambio climático del que se les advierte hace décadas puede afectar la economía propia. Gobiernos y empresarios del mundo sólo sienten el mal cuando les toca el bolsillo. Y son por ello los últimos en verlo. De pronto se ven rodeados de hambre, fealdad, inseguridad, pobreza. ¿Pero cómo es posible?, se preguntan. ¿Acaso hicimos algo mal? Ciudades colapsadas, guerras interminables que no hacen más que aumentar, amenazas por doquier. Por algo dice Wilde que los verdaderos egoístas, es decir, los que quieren salvarse ellos y nada más que ellos, deberían abolir ya mismo la propiedad privada, distribuir con justicia las riquezas, dejar de violar los derechos humanos, garantizar al menos salud, vivienda y educación para todos, y, sobre todo, dejar a la gente en paz. Castoriadis encontró un lema que es casi, hoy, una alternativa sagrada. Socialismo o barbarie. No queda mucho tiempo. En la vida hay que elegir.
L.

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