domingo, 29 de junio de 2014

Asociación libre y mundial

Mi ignorancia futbolística favorece todo tipo de asociaciones libres y ajenas al deporte. Me inclino en general por los equipos chicos y no sabría decir por qué. Me alegra el triunfo de Costa Rica (pura vida) porque me hablaron de la belleza natural de ese país, el color turquesa del mar y la simpatía de los ticos. Nada que ver con nada. Simpatizo con la Argentina no sólo por razones patrióticas sino porque me caen bien Sabella y Messi. Estoy con Colombia porque Andrea es de allá y porque aprendí a querer al pueblo y al paisaje montañoso de ese sufrido y resistente país. El equipo brasileño también es mío porque hace años tuve en Río uno de mis grandes amores, Léa, carioca y morena, y además porque me gusta una zona próxima a Río de Janeiro bautizada con el curioso nombre de Siberia. Estuve con Chile pensando en Violeta Parra, Víctor Jara y Salvador Allende. Me hubiera gustado que México no perdiera dado que mi escritor preferido, Juan Rulfo, es de esa nacionalidad. Y eso para no hablar de Frida Kalho o de Florisse, amiga y fiel seguidora de Suspende. No tengo nada contra Uruguay dado que me gustan el candombe y la playa de Punta del Diablo. Me dio pena, por último, que perdiera Grecia. Me gustó Zorba el griego y mi filósofo más respetado es un presocrático llamado Heráclito de Efeso que si bien no pateaba la pelota se pasó la vida metiendo goles ante la mirada impávida de los geniecillos de Atenas. Y eso sería todo.
L.

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