sábado, 21 de junio de 2014

Soledad

La soledad no es una desgracia ni un castigo ni una maldición. Es quizás lo más humano y esencial de cada uno. Esa condición no disminuye por más que estemos rodeados por un millón de amigos. Seguiremos solos en la multitud. Ni la amistad ni las fiestas ni el amor tienen la misión de combatir eso que nos constituye y nos convierte en personas. Al contrario. Buscamos amigos y amor para que alguien nos acompañe a estar solos. Para dejar que otros compartan el vacío con nosotros. Para saber que dos soledades pueden encontrarse exactamente igual que dos bocas en un beso.
L.

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