L.
martes, 17 de junio de 2014
Por una vida menos banal
Es el título de un ensayo breve escrito por María Rita Kehl, psicoanalista brasileña. Por una vida menos banal. La mujer defiende su especialidad con buenas razones. Lamenta que tanta gente busque resolver sus conflictos a través de terapias breves, pastillas milagrosas, guías de autoayuda, etc. Pero entiende que así son las cosas. Todo eso suena más divertido y moderno -menos viejo, diría Amatista- que el método psicoanalítico, lento, sufrido y no tan efectivo como la Coca-Cola. Es cierto además que el analista no da consejos, no levanta el ego de nadie, no alivia casi nada. El método tiene sus ventajas sin embargo. La principal es que autoriza al paciente a no gozar y mantenerse deseante. No es poco. El psicoanálisis nada contra la corriente del sentido común y es, además, el último refugio de la verdad. La sociedad del consumo y la satisfacción inmediata promete siempre una fiesta que no existe. Cuando la gente se entera se siente estúpida, discriminada, expulsada del baile. ¿El psicoanálisis sería entonces la cura de los imbéciles?, contraataca María Rita. Tal vez sí. No hay fiesta. No hay dirección de la fiesta. A lo sumo el analista sabe que la celebración soñada es irrealizable. Pero esto último deberá descubrirlo el paciente por sus propios medios. Y por una vida menos banal.
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