Cuando dos personas coinciden en todo no deberían alegrarse sino sospechar. Eso vale para los amigos, para la familia y en especial para la pareja. La fusión total es un mito. En la vida real la divergencia refuerza la unidad, la agujerea, la hace menos compacta y menos aburrida. El amor se nutre de lo diferente como los árboles del agua. Si dos individuos están siempre de acuerdo es porque uno de los dos piensa por ambos, es decir, porque ejerce una forma sutil de dominación. Mejor dudar de la afinidad y acompañarse en lo distinto. Todo yo se nutre del no yo. Todo junto se escribe separado.
L.
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