domingo, 21 de septiembre de 2014

Un amor de primavera


La perturbadora imagen de arriba ha sido y es un clásico en Suspendelviaje. Los seguidores de la primera hora lo saben. Apareció en distintos momentos y generó reacciones diversas. A veces de rechazo, otras de envidia o asombro ante la espontaneidad de los cuerpos exhibidos sin culpa con un mar de fondo. Lo que se ve no es novedad para nadie. Al parecer se trata de un chico y una chica que, por la razón que sea, sonríen muy pegados uno al otro. Supongamos que son felices. ¿Lo serán siempre? Imposible saberlo. Además, ¿es concebible una plenitud eterna y sin manchas? La pareja de la foto quizás no sea tal en estos días. La joven ha viajado a Buenos Aires y trabaja como cajera en un supermercado. El chico ha crecido, engordó un poco últimamente, se casó con una ex compañera de oficina. El primer hijo nacerá en diciembre y se llamará Lucio. Ayer pelearon por una toalla dejada en el piso del baño sin que nadie se haga cargo. Todo es una suposición sin base alguna. La foto es muda. La vida cambia, el mundo cambia, nada es para siempre. ¿Eso es un problema? ¿Los momentos felices dejan de serlo debido a su duración limitada? Al contrario. Lo hermoso es doblemente valioso por ser efímero. Llegamos por fin a la estación de las flores. La estación de un viaje que no se suspende nunca. Ni siquiera por mal tiempo.
L.

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