sábado, 20 de septiembre de 2014

No escuches

No escuches Odiseo el divino canto de las sirenas. De verdad es hermoso. Pero no lo escuches. Ellas no son desagradables. Al contrario. La mitad del cuerpo consiste en una elegante cola de pescado donde brillan el deseo y las escamas. La otra mitad, para qué entrar en detalles Odiseo, es deliciosa. Rostro de piedra tallada, cuello delicado y suave, pechos que avanzan contra el mundo, un ombligo donde podría entrar una montaña de espuma y hasta una joya de carey. Pero no las escuches Odiseo. Serás feliz unos pocos instantes con ellas hasta que te lleven, tirando de las piernas o quién sabe de dónde, hasta el fondo oscuro del mar. Y no es que el abismo sea un mal sitio, Odiseo. No podrás respirar ni un poco. Morirás rodeado de las mujeres más bellas de la tierra. Pero morirás.
L.

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