Los sueños son historias perdidas. Se abren los ojos y lo que parecía una película perfecta se vuelve borroso, confuso, inútil. Los cohetes lanzados con torpeza desde tierra, la extraña mudanza a la casa de los chinos, la mujer con sombrero alado, las cajas de cartón verde, la lluvia de plumas y el arroz. Tanta producción, tanto guión inconsciente e indecente para nada. Por fin la pesadilla termina y con la mañana empieza el otro sueño, las otras cajas, la mano que cerró todas las puertas. También lo real es una historia perdida.
L.
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