miércoles, 6 de julio de 2011

Votando por un sueño


Las razones que probablemente den el triunfo a Macri en las elecciones del domingo no son políticas. Tampoco se las puede ubicar en un campo racional. La campaña del actual gobernador de Buenos Aires ha sido y es vacía. No apela a ninguna obra realizada. Ni siquiera promete obras futuras. Esa campaña, notable en su liviandad, apunta a lo más bajo de la población. Apela, para decirlo en términos psicoanalíticos, al goce. El goce es la aspiración al placer absoluto, es decir, a un placer privado por completo de displacer. Sabemos demasiado bien que eso no existe. Pero el producto vende tanto como la cocacola, los autos y los televisores. Bailando por un sueño, el programa de Marcelo Tinelli, es en tal sentido comparable a Macri y su campaña. Es una propuesta sin propuesta. Los cuerpos semidesnudos, las falsas peleas y competencias, los chistes sexuales en doble o único sentido van en la misma dirección que la movida oficialista en Buenos Aires. Bailando por un sueño. Votando por un sueño. Juntos venimos bien. Los votantes de Macri imaginan tal vez una ciudad habitada por gente limpita, sin inmigrantes, sin olor a pobres, sin manchas... aunque todas las veredas estén plagadas de basura. Así debe entenderse el probable triunfo macrista en las elecciones del domingo. Lo que triunfará en todo caso es el goce. Pero el goce -Freud y Lacan lo sabían bien- tiene patas cortas. El principio del placer ganará tal vez las elecciones. ¿Pero qué pasará después?
L.

No hay comentarios:

Publicar un comentario