Dice Martin Heidegger que para entender a los filósofos de la Grecia arcaica habría que convertirse en ellos. Siguiendo el razonamiento puede decirse que para entender un árbol hay que ser árbol. O que para comprender el movimiento circular de los planetas hay que moverse como ellos. O que si uno se propone entender a una mujer habría que ser mujer al menos por un rato. De acuerdo. Pero dado que no podemos ser diferentes a lo que somos, bueno, ahí está la explicación de por qué no entendemos, lo que se dice, nada.
L.
L.
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