domingo, 4 de septiembre de 2011

Sueños


Va quedando poco, muy poco, de la idea o necesidad de soñar despiertos. El sueño como fuente de vida y creación es un territorio a explorar como si se tratara del fondo oscuro del mar. Es ahí donde vivimos todos. En el fondo del mar. Pero las telarañas de la costumbre nos hacen creer que nos deslizamos sobre superficies planas, sin sirenas ni burbujas, apenas rodeados de autos, paredes y computadoras. Pero así como estamos hechos de la materia de los sueños también hay fantasías que se expanden o se inflan como velas de barco. Ciertos rituales de encantamiento. Otros mundos que se ocultan dentro del mundo. Ya se ha demostrado que mientras dormimos soñamos siempre. Y que, si no lo hiciéramos, no podríamos soportar el estado de vigilia. ¿Por qué entonces no soñar despiertos con más frecuencia? ¿Y por qué suponer que existe una sola forma de existencia y no una amplia serie de vidas posibles?
L.

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