lunes, 26 de diciembre de 2011
Altura y pelos
No hay lugar de la casa en donde no haya pelos. No tengo muchos en la cabeza así que deben venir del baño, de la almohada, del pubis, de la ropa interior. No me queda claro si se trata de cabellos de ángel o diablo. O si Andrea los dejó en todas partes para que la recuerde. Quizás provengan de una mujer conocida y olvidada en el pasado. Pueden ser pelos de gato (ahora que lo pienso) o de perros salvajes. Me contaron que a los muertos les siguen creciendo pelos durante un tiempo. No sé de dónde vienen. Pueden ser restos de fantasmas que pasean distraídos por la casa. Quien sabe de quién o de quiénes salen tantos pelitos. Uno de estos días voy a hacer una limpieza total y completa. Trataré de que se vayan todos y no quede ni uno solo. Aunque a veces siento que mi vida pende, como un hilo muy fino, de uno de los tantos pelos y palos que me acosan.
L.
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