miércoles, 28 de diciembre de 2011

El espejo

El espejo miente. El espejo nos hace creer que eso que aparece ahí somos nosotros. La confusión es evidente. No podemos ser nosotros esa imagen abstracta que se ha logrado mediante efectos ópticos plasmados en un vidrio esmerilado. Lo más grave es que nos apropiamos de esa imagen fantasmal y empezamos a actuar como ella. Somos, finalmente, eso que aparece ahí, actuamos como ese otro imposible, hablamos como él, hacemos el amor como él, nos desnudamos como él siendo que ni siquiera hablamos el mismo idioma. Tampoco pensamos igual. En definitiva. Fingimos ser otros, y, para hacerlo, somos cómplices de la gran mentira que se dibuja en el espejo. No debería ser así. Pero no hay otro modo de vivir.
L.

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