Así se llama un difundido cuento de Julio Cortázar. Autopista del sur. Ahí se habla sobre el valor de la interrupción en un mundo que valora exclusivamente la velocidad constante. Lo recuerdo ahora a diez años de diciembre de 2001. Por esos días críticos para la Argentina los vecinos fuimos gobierno a través de las asambleas barriales. Esas reuniones fueron la interrupción. Conocí a mi vecinos, aprendí sus nombres, me contaron sus problemas. Autopista del sur. La gran interrupción. La democracia directa. Esa experiencia terminó así como también se acaban los grandes amores y las revoluciones más bellas. Diciembre de 2001 no fue solamente estallidos, represión y saqueos. Fue también una muestra fugaz pero ejemplar del poder de la gente. De los indignados que hoy se propagan por el mundo.
L.
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