En una conferencia juvenil el escritor peruano Mario Vargas Llosa trató de explicar el corazón autobiográfico de toda obra de ficción, el trabajo creativo en general, comparándolos con una especie de streaptease al revés. Visto así el acto de escribir novelas, cuentos o poemas sería equivalente a lo que hace la mujer que, ante un auditorio, se despoja de su ropa y muestra su cuerpo desnudo. El novelista ejecuta esa misma operación pero en sentido contrario. En la elaboración de la obra va vistiendo poco a poco la desnudez inicial -punto de partida del espectáculo- arropando y disimulando todo bajo espesas y coloridas prendas forjadas por su imaginación. En resumen. El autor empieza a escribir desvestido y termina con el cuello de la camisa cerrado hasta arriba.
L.
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