domingo, 10 de junio de 2012

Todo bien



En Brasil dicen todo bien todo el tiempo. Tudo bem. Es una manera de pintar el mundo color de rosa y me parece perfecto. Lo hace la gente con frecuencia. Intenta dar una idea de felicidad completa. Ni una sombra. Ni una sombrita. A esa estrategia tan utilizada le veo, sin embargo, un problema. No es verosímil. Es difícil de admitir para una persona mínimamente razonable que una existencia carezca por completo de contradicciones. Nunca está tudo bem. Hasta en el paraíso hay mosquitos y abejorros. Hay algo que se goza pero también algo que duele. Es verdad que no tenemos por qué compartir lo que molesta con la humanidad entera. Entonces decimos todo bien o tudo bem como los brasileños. Lo peor que podría pasar es que nos creamos eso también nosotros. Fingir es posible hasta cierto punto. Seamos honestos. Sólo en la muerte está todo bien. Pero la vida, si es vida, no puede existir al margen de carencias, dudas, sentimientos oscuros y conflictos. Y menos un domingo. ¿Por qué tanto miedo a aceptar que las cosas son así y que pese a ello es posible reír, cantar, bailar y disfrutar buenísimos momentos?
L.

No hay comentarios:

Publicar un comentario