lunes, 16 de junio de 2014

Invención perfecta

El amor es la invención más perfecta de la raza humana. Eso no se discute por más que en ocasiones, o siempre, termine mal o incluso muy mal. En las reuniones sociales casi no se habla de otra cosa. La discografía completa de Maná gira y gira sobre la cuestión. No hay novela, canción, película, poema, foto o drama teatral donde no aparezcan besos, caricias y cosas aún más impactantes. Las pruebas son concluyentes. Platón habla de amor hasta cansarse en El banqueteY Hesíodo, en su Teogonía, lo concibe como el primerísimo de todos los dioses. Por una razón o por otra el amor puede ser visto como una creación tan prodigiosa como en su momento lo fueron la rueda, el fuego y la brújula. Pero hay otro asunto a considerar. Por mejor que sea un vínculo amoroso no salva a sus integrantes en ningún sentido. Lo único que salva verdaderamente, si es que la salvación existe, es que cada hombre y cada mujer desarrolle un proyecto personal, algo propio, una producción, en fin, una balsa muy firme y personal que sobreviva a todos los tsunamis y mundiales. Los que apuestan al amor como salvavidas excluyente se hunden sin remedio. ¿Ejemplo? Romeo y Julieta. Y no es el único.
L.   

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