domingo, 1 de junio de 2014

La ventana

Por tal o cual razón creemos que nos estamos perdiendo la fiesta de la vida. No sabemos bien dónde se hace ni quién la organiza. Pero creemos en ella. Soñamos con ella. Queremos participar pero nos sentimos excluidos. Esa limitación nos da todavía más ganas de ir. Pasado cierto tiempo, sin embargo, descubrimos que la fiesta en realidad no existe. O que está latente adentro nuestro. En la casa ha empezado la fiesta -dice el poeta-. Pero el niño sabe que la fiesta está en otra parte. Y mira por la ventana buscando a los desconocidos que pasará toda su vida tratando de encontrar.
L.

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