Mi padre escribe cartas desde la cárcel. No alcanzo a ver la fecha porque esta borroneada. Mi padre cuenta que está en una prisión de máxima seguridad. Dice que junto a sus compañeros ha iniciado una huelga de hambre por más visitas, más higiene, el fin de los tormentos. Mi padre ha sido torturado sin piedad. Dice que por un ventanuco de la celda -de dos por dos, precisa- ve un pedacito de árbol o de algo que parece un árbol. Me pregunta por mi madre y por la situación mundial. Somos unos pocos adentro y millones afuera. Lo dice en la carta que recibí esta mañana mientras me alistaba a celebrar con mis hijos el Día del Padre. La escribió tirado en su camastro, como lo llama. Su camastro de piedra colgado con cadenas. Me aconseja que estudie y manda saludos para tres o cuatro personas que seguramente están muertas. Dice que falta poco para la revolución. Dice que cuide a mi madre. La diferencia entre los dos es poca, escribe. Yo entre cuatro muros y tú fuera de ellos, dice citando al poeta de Turquía Nazim Hikmet. Mi padre suele hablar de tú cuando escribe cartas desde la prisión en donde está alojado. Me gustaría decirle algo pero no me animo. Voy a esperar un tiempo y le respondo. Mi padre ha escrito una carta desde la cárcel. Y yo no sé qué hacer con la carta, con la cárcel, con la vida y con todo lo demás.
L.
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