Acabo de saber que el cuerpo humano está compuesto al nacer por un 75 por ciento de agua. El hombre y la mujer adultos tienen un poco menos, es decir, un 72 por ciento de agua. Aun así el porcentaje es alto y permite entender lo fundamental de la existencia. Dado que en esencia somos un líquido se comprende ahora por qué lloramos, por qué orinamos, por qué los hombres eyaculamos y por qué las mujeres se humedecen en situaciones críticas. Es un intento, supongo, de limitar en parte la gran inundación de la que formamos parte. Ahora entiendo la saliva en los besos, el sudor en los trabajos, la pasión generalizada por los ríos, los lagos, las lagunas, las cataratas, el torrente y el mar. Se entiende también por qué cierta gente nos rechaza. Agua que no has de beber...déjala correr.
L.
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