La soledad no es una tragedia. Al contrario. Es una situación deseada por mucha gente. Yo entre ellos. En soledad se puede pensar, se puede escribir o crear en sentido amplio, se puede leer, se puede incluso llorar e ir al baño en paz. Pero no hay que exagerar. De tanto en tanto conviene hacer una ensalada de soledad y vida social, o, dicho de otro modo, encontrarse con otros que recorten el yo en expansión y de algún modo nos civilicen y le quiten dramatismo a problemas que nunca son tan graves como parecen. De todos modos la soledad es constitutiva a la condición humana. Buscamos pareja, justamente, para acompañar al otro a estar solo y para que el otro nos acompañe a estar solos. Una vez más el punto es la mezcla.
L.
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