lunes, 1 de septiembre de 2014

Por delicadeza perdí mi vida

La frase pertenece al poeta francés Arthur Rimbaud. No deja de sorprender en un autor cuya vida no ha sido especialmente refinada o burguesa. A los once años ya escribía poemas latinos, a los 17 compuso El barco ebrio y un poco después Una temporada en el infierno, libro que los críticos consideran fundador de la poesía moderna. En el medio vivió un amor desesperado con Verlaine quien acabó disparándole una bala en su pierna izquierda. Después el poeta viajó a África donde inició un concubinato con una negra abisinia. Se dedicó luego al tráfico de armas, sin éxito, y acabó internado en un hospital con un cáncer maligno en la rodilla. Rimbaud murió en Marsella a los 37 años. Por delicadeza perdí mi vida, alcanzó a decir antes frente a un grupo de amigos. Al llegar la aurora, armados de ardiente paciencia, entraremos en las espléndidas ciudades, escribió a modo de despedida. Al parecer Rimbaud prefirió arder en vez de durar. O durar ardiendo que es casi lo mismo y quizás no tan costoso.
L.

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