Luego de largas, cansadoras y detalladas operaciones de inteligencia pudo saberse que una banda autodenominada Otán se ha convertido en el más peligroso y amenazante grupo terrorista de toda la historia. La secta extremista está compuesta por países dispuestos a todo con tal de conservar el poder malamente obtenido. El líder indiscutido del grupo se llama Barack Bin Obama. A primera vista se trata de un buen hombre. Su piel tiende a ser morena o aceitunada como la de los africanos o, peor, como la de los árabes que, como se sabe, hablan raro, se visten raro, razones de más para entender que son todos terroristas. Pero no hay que dejarse engañar por las apariencias. Acaba de difundirse un video clandestino donde Obama, el jefe extremista número uno, anunció desde algún lugar del desierto blanco que dará dinero, armas y entrenamiento a grupos terroristas menores, mercenarios según sus palabras, que operan en Siria a fines de derrocar al gobierno legal de ese país. Algo parecido hará la Otán en Irak, país que ya fue casi completamente destruido por el mismo grupo terrorista, en aquel momento dirigido por un tal George Sadam Bush. En ese entonces el líder extremista le mintió a la opinión pública asegurando que Irak poseía armas de destrucción masiva que nunca fueron encontradas. En resumen. El jefe terrorista de piel morena o aceitunada anunció públicamente que bombardeará ambos países hasta destruirlos total y completamente como lo hiciera recientemente el estado terrorista de Israel, miembro destacado de la banda, que casi acaba por completo con Palestina, una especie de cárcel a cielo abierto vigilada desde las fronteras por terroristas de alta gama armados y entrenados por el citado Barack Bin Obama. ¿Quién pondrá freno a tanto desborde? Imposible saberlo. Por lo pronto se sabe que Alemania y el Reino Unido han decidido esta vez no acompañar la ofensiva terrorista pese a que ellos también forman parte del grupo criminal, el mismo que auspició el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki y que mantiene vigente la cárcel terrorista de Guantánamo. Una sola esperanza le queda al mundo. Que pase el tiempo. Que la palabra vida se imponga alguna vez a la palabra muerte. Que entre todos hagamos el amor y no la guerra.
L.
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