lunes, 19 de noviembre de 2012
Cambiar el eje
Es bien sabido que nuestra idea del amor entre los sexos es distinta a la de los antiguos griegos y orientales. El culto del amor en Occidente es un culto al sufrimiento considerado como símbolo supremo (el paradigma de la Cruz lo dice todo). En Oriente, en cambio, hay una versión si se quiere más razonable y positiva del amor. Lo que se busca en tal caso es una forma de trascender o evadir el castigo del sufrimiento por la habilidad personal para conseguir en la pareja algo de tranquilidad y equilibrio. Durante dos mil años ha estado de moda entre judíos y cristianos rimar la palabra amor con el dolor. La contribución moderna a esa idea consiste en descubrir que la elaboración de obras de arte, y la aventura del amor sexual, son las dos fuentes de sufrimiento más exquisitas. De acuerdo. Pero a eso habría que añadir algo más. Sin negar la importancia que tiene, el amor no debería ser el eje de nuestros días. Un cambio de eje, quizás, contribuya a desdramatizar la cosa...al menos un poco.
L.
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