El movimiento de un peón de ajedrez no nos enseña nada si no comprendemos antes las reglas totales del juego. La frase pertenece al escritor peruano Julio Ramón Ribeyro y aparece en un ensayo del autor de La palabra del mudo junto a una serie de preguntas igualmente interesantes. ¿Qué es el hombre en el mundo actual? ¿Cómo entenderlo hoy si sus relaciones con la naturaleza, la sociedad o la ciencia han cambiado radicalmente? ¿Acaso no es necesario comprender el todo para llegar alguna vez a identificar la parte? La estimulante idea es aplicable al periodismo, al amor, a la literatura, a la vida. Los fragmentos en sí mismos sirven de poco. Buscar la totalidad en el detalle. Entender el detalle como parte del conjunto. Es posible que en ese ida y vuelta surja, tal vez, la claridad.
L.
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