miércoles, 14 de noviembre de 2012

El paso del tiempo

No se ve fácilmente el paso del tiempo. No se ven los días pasar como las aguas de un río turbulento. No se ve nada en realidad. Por eso creemos a veces que un día es igual a otro, que mañana será lo mismo que mañana y que pasado no traerá más novedades que el día de ayer o el de anteayer. No se ve el lento y demorado trabajo de la muerte en cada instante de pena o felicidad. Todo parece tan natural que nos acostumbramos a la vida y terminamos viéndola como algo monótono y eterno. Las transformaciones sin embargo se producen de una manera invisible y constante. No se ve fácilmente el paso del tiempo. Y eso que podría considerarse una sana virtud es la mayor desgracia. Dejemos ya de dormir y despertemos por fin. Veamos las aguas del tiempo volar sobre nuestras cabezas. Y tomemos posición ante el desastre mucho antes de que se concrete. En algún lado -dice la diosa bella, sensual y solitaria- en algún lado hay que pararse.
L.

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