martes, 6 de noviembre de 2012
El show de la intimidad
Un acto íntimo, autobiográfico, contado tal como fue, carece de todo interés. Esto es así por razones técnicas y poco tiene que ver con la vieja discusión entre ficción y realismo. El verdadero realismo requiere de invención e imaginación, y, sobre todo, de buena escritura. El realismo vulgar, predominante en las redes sociales, no ofrece resultados interesantes y ni siquiera estimulantes. Nunca. ¿Por qué? Porque sus autores son inconscientemente deshonestos. Usan palabras previsibles (eso de hablar como habla todo el mundo todo el tiempo), no ahondan en los hechos que describen porque en el fondo no creen en ellos. Una escritura verdadera, al igual que una vida verdadera, sale del marco, incursiona audazmente en las oscuras profundidades, no teme al qué dirán, dice lo que tiene que decir de la manera más brutal y directa posible. En esto último, y no en los adornos y rodeos al uso, radica la honestidad artística y humana.
L.
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