El artista de verdad no deja marcas personales en la obra. Un cuadro de Van Gogh, por ejemplo, un cuadro como Noche estrellada de Vincent Van Gogh, es algo en sí mismo. Nada nos dice la obra de cómo vivía el autor, o de las pinturas que usó en ese caso preciso o de sus técnicas específicas. La marca del autor está sólo en la singularidad de su ausencia, es decir, siguiendo el ejemplo tomado al azar, Van Gogh se vuelve notorio por la forma que ha elegido para desaparecer del cuadro. Veamos un ejemplo más. Un buen mago es quien oculta sus trucos con asombrosa habilidad. El conejo sale de la galera sin que el público pueda saber ni el cómo ni el por qué. La marca del mago radica en la singularidad de su ausencia, es decir, su genialidad de vuelve notoria por la forma que ha elegido para ocultar la trampa. En el amor pasa lo mismo. Y en la vida también.
L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario