martes, 2 de septiembre de 2014
Cómo hacer el amor
Hay un cuento no muy conocido de Abelardo Castillo, autor argentino más desconocido que el relato, titulado La fornicación es un pájaro lúgubre. El texto es complejo y no viene al caso hablar de eso. Bender, el protagonista, dedica unas líneas a explicar lo que para él significa hacer el amor. Se trata, dice, de armar entre dos algo sin nombre, levantarlo piedra sobre piedra, arco a arco, columna a columna, y dejarlo instalado sobre el mundo como un desafío a los dioses. El amor, dicen Bender o Castillo, no puede hacerse en unas horas o en unas pocas semanas. Se tarda años. Hay hombres y mujeres que mueren sin haberlo hecho nunca y sin saber cómo se hace. Hay chicas y chicos a los que asesinaron sin haberles dejado levantar una sola viga. Hay pueblos enteros que son diezmados, supliciados, ardidos, aniquilados, sin darles tiempo a reunir los materiales necesarios para hacer el amor. ¿Y de qué se trata el acto exactamente? Eso Castillo no lo dice. Tampoco un blog modesto como éste puede ocuparse de semejante cosa. Cada cual sabrá. Alcanza con saber que construir una flor, o hacer el amor, es fruto de un trabajo de siglos. Se trata de un fruto raro. Pero delicioso.
L.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario