martes, 2 de septiembre de 2014
Cómo hacer cuentos
Nadie sabe cómo escribir cuentos. Ni siquiera quienes los escriben. Muy especialmente estos últimos. Es un problema cuando en los talleres literarios alguien pregunta cómo se arma un buen relato. No hay recetas. No hay indicaciones precisas. No hay nada. Los coordinadores de alumnos de escritura, si son serios, no saben qué decir. Algunos, al borde de la desesperación, apelan a lo que han dicho al respecto autores de primera línea. Ninguno de ellos (Cortázar, Carver, Yourcenar, Rulfo, Chéjov, Hemingway, García Márquez, Quiroga, Cheever, Murakami, Vargas Llosa) tuvo jamás la menor idea acerca de la cuestión. A lo sumo alguna generalidad de escuela secundaria del tipo comienzo, nudo y desenlace. En definitiva. La pregunta por la técnica no tiene respuestas. Ni para escribir ni para soñar ni para vivir. Es una lástima que no exista ni un solo manual sobre narración de cuentos. Pero así es la cosa. Hay sin embargo una fórmula que no falla nunca. Se aprende a escribir cuentos escribiéndolos. Y, sobre todo, creyendo hasta el fin en lo que se está contando. ¿Un ejemplo de fe ciega en la historia desplegada? Tan triste como ella, un cuento excepcional de Juan Carlos Onetti.
L.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario